…«Aquí, la marioneta se permite abordar el mundo del performance y de las artes visuales. Quedamos seducidos por los objetos que salieron de la gran maleta de Magali Chouinard: de la La mujer blanca emergen una intervención al aire libre, un aire de poesía y una atmósfera extrañamente ambigua que queremos que experimente.»…
Michel Bélair, Le Devoir, ¡Y he aquí otra vez que los objetos tienen un alma!
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«El performance La mujer blanca de Magali Chouinard se basa en parte en la relación de proximidad voluntaria entre el intérprete, la materia y el espectador. La obra ofrece, en el espacio público, un momento íntimo que se revela no por una línea narrativa precisa sino por la asociación de imágenes. En el centro del performance, un personaje nos muestra su pequeño mundo, que cabe en una maleta. De esta emerge todo tipo de dobles marionéticos, literales o simbólicos: una chica, una anciana, un lobo, un cuervo. Espectáculo mudo, La mujer blanca apuesta por la imagen, la monocromía y el contraste (todo es blanco, salvo el lobo y el cuervo que son negros) y por la vinculación entre los objetos, lo que le permite al espectador la creación de distintos niveles de sentido».
Catherine Sirois, Marionnettes no.4 / Caminos no transitados: cuando la marioneta traza otras vías
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Magali Chouinard: La mujer blanca y la poesía de la interioridad
Desde hace tres años, la quebequense Magali Chouinard lleva su espectáculo ambulante, silencioso y en solitario por todo el mundo. La mujer blanca se ha presentado en Turquía, España y Estados Unidos en el marco de diferentes festivales.
«No cuento una historia. Se trata de una aproximación más abstracta, sin palabras ni música. Mi trabajo se basa en la simbología de la interioridad y de la soledad. El personaje de la mujer blanca y sus dobles (la niña, la anciana, el animal) se encuentran en diferentes facetas. Ella los domestica y acoge cada parte de ella misma, lo que crea un tótem. Cuando aceptamos todo lo que somos, nos sentimos completos».
Este enfoque contemplativo deja bastante espacio al espectador, quien es libre de interpretar el espectáculo a su manera. Además, los elementos del espectáculo, como el lobo y el cuervo, son referentes culturales que cambian de un país al otro. «Me han dicho que hay leyendas muy importantes en torno a la mujer blanca y me han preguntado si me inspiré en ellas». El bagaje en artes visuales de esta artista, exprofesora de secundaria, se manifiesta en su obra actual. La mujer blancanació de la idea de crear dibujos en 3D para hacerlos mover, como «imágenes visuales en movimiento», sintetiza ella.
«Cuando decidí hacer marionetas, hubo una convergencia. Fue para mí un período bastante efervescente porque sentía la pasión que tenía por el dibujo en blanco y negro, la escultura, el cuerpo en movimiento. Todo eso iba bien junto».
La marioneta, una poesía visual que cobra vida, Ali Dosti, Courrier du Sud, octubre de 2015.
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…«La artista multidisciplinaria Magali Chouinard explora la soledad y la presencia de uno mismo, a través de uno mismo, en una creación muda y una realización monocroma, que se ubica cerca de las artes visuales y de la escultura. ¿No es esta, precisamente, la encrucijada en la que se sitúa la marioneta? El personaje de la Mujer blanca se acerca a esas criaturas míticas de los relatos amerindios o europeos. Con lentitud, ella se descubre gracias a ciertos movimientos; después aparecen la Anciana y la Joven, que ella llevará como una madre lleva a su hijo: colgadas de un costado. También aparecen el Lobo y el Cuervo como diferentes facetas de su personalidad. Asimismo, aparecen los pájaros en origami, que propagan palabras sin sonido. No solo en la puesta en escena se respira poesía, sobre el vestuario de Chouinard están escritas unas cuantas frases de su poemario Teatro de sombras y relámpagos. Con delicadeza, introspectivamente, esta Mujer blanca nacida en un mundo emblemático suscita el interés y la curiosidad. No nos cuesta imaginar el impacto que la artista debe tener en modo teatro de calle».
CRÍTICA por David Lefebvre - Mon (Theatre).qc.ca
Michel Bélair, Le Devoir, ¡Y he aquí otra vez que los objetos tienen un alma!
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«El performance La mujer blanca de Magali Chouinard se basa en parte en la relación de proximidad voluntaria entre el intérprete, la materia y el espectador. La obra ofrece, en el espacio público, un momento íntimo que se revela no por una línea narrativa precisa sino por la asociación de imágenes. En el centro del performance, un personaje nos muestra su pequeño mundo, que cabe en una maleta. De esta emerge todo tipo de dobles marionéticos, literales o simbólicos: una chica, una anciana, un lobo, un cuervo. Espectáculo mudo, La mujer blanca apuesta por la imagen, la monocromía y el contraste (todo es blanco, salvo el lobo y el cuervo que son negros) y por la vinculación entre los objetos, lo que le permite al espectador la creación de distintos niveles de sentido».
Catherine Sirois, Marionnettes no.4 / Caminos no transitados: cuando la marioneta traza otras vías
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Magali Chouinard: La mujer blanca y la poesía de la interioridad
Desde hace tres años, la quebequense Magali Chouinard lleva su espectáculo ambulante, silencioso y en solitario por todo el mundo. La mujer blanca se ha presentado en Turquía, España y Estados Unidos en el marco de diferentes festivales.
«No cuento una historia. Se trata de una aproximación más abstracta, sin palabras ni música. Mi trabajo se basa en la simbología de la interioridad y de la soledad. El personaje de la mujer blanca y sus dobles (la niña, la anciana, el animal) se encuentran en diferentes facetas. Ella los domestica y acoge cada parte de ella misma, lo que crea un tótem. Cuando aceptamos todo lo que somos, nos sentimos completos».
Este enfoque contemplativo deja bastante espacio al espectador, quien es libre de interpretar el espectáculo a su manera. Además, los elementos del espectáculo, como el lobo y el cuervo, son referentes culturales que cambian de un país al otro. «Me han dicho que hay leyendas muy importantes en torno a la mujer blanca y me han preguntado si me inspiré en ellas». El bagaje en artes visuales de esta artista, exprofesora de secundaria, se manifiesta en su obra actual. La mujer blancanació de la idea de crear dibujos en 3D para hacerlos mover, como «imágenes visuales en movimiento», sintetiza ella.
«Cuando decidí hacer marionetas, hubo una convergencia. Fue para mí un período bastante efervescente porque sentía la pasión que tenía por el dibujo en blanco y negro, la escultura, el cuerpo en movimiento. Todo eso iba bien junto».
La marioneta, una poesía visual que cobra vida, Ali Dosti, Courrier du Sud, octubre de 2015.
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…«La artista multidisciplinaria Magali Chouinard explora la soledad y la presencia de uno mismo, a través de uno mismo, en una creación muda y una realización monocroma, que se ubica cerca de las artes visuales y de la escultura. ¿No es esta, precisamente, la encrucijada en la que se sitúa la marioneta? El personaje de la Mujer blanca se acerca a esas criaturas míticas de los relatos amerindios o europeos. Con lentitud, ella se descubre gracias a ciertos movimientos; después aparecen la Anciana y la Joven, que ella llevará como una madre lleva a su hijo: colgadas de un costado. También aparecen el Lobo y el Cuervo como diferentes facetas de su personalidad. Asimismo, aparecen los pájaros en origami, que propagan palabras sin sonido. No solo en la puesta en escena se respira poesía, sobre el vestuario de Chouinard están escritas unas cuantas frases de su poemario Teatro de sombras y relámpagos. Con delicadeza, introspectivamente, esta Mujer blanca nacida en un mundo emblemático suscita el interés y la curiosidad. No nos cuesta imaginar el impacto que la artista debe tener en modo teatro de calle».
CRÍTICA por David Lefebvre - Mon (Theatre).qc.ca